El piano y sus pedales

Buenas de nuevo queridos lectores,

Hoy os traigo una entrada musical, y es que, como algunos ya sabéis, llevo un tiempo intentando aprender a tocar el piano. Aún no llega al año y medio desde que mi novia me regaló mi teclado Ringway CK60, un teclado sin demasiadas pretensiones, justito para probar e iniciarse un poquito en el mundo de las teclas. Sin embargo, hace cosa de un mes, y dado que me ha enganchado quizás más de lo que me esperaba, me he comprado un nuevo piano digital (un Casio Privia PX-730BK) que, aún sin ser el piano definitivo, se acerca mucho más al instrumento en cuestión. Este ya es algo serio, a años luz del Ringway. Yo por mi parte, como bien sabéis los que me sufrís, estoy más que encantado con él, con sus teclas contrapesadas, su sensibilidad al tacto, sus polifonías, sus pedales…

Casio Privia PX-730BK

Y esto es lo que me lleva a la entrada de hoy, porque no creeréis que sólo escribo para contaros que me he comprado un piano nuevo ¿verdad? … Bueno, mejor no contestéis… El caso es que, como buen niño que soy, aprovecho la más mínima oportunidad para enseñar el piano a todos mis amigos, conocidos y visitas. Y, aunque entre ellos hay varios músicos y no puedo aportarles nada (musicalmente hablando, espero), otros lo observan con curiosidad y una gran parte pregunta… ¿Y los 3 pedales para qué valen? Aparte de la respuesta obvia “pues de izquierda a derecha son: embrague, freno y acelerador” hay una respuesta mucho más acertada y también un poco más compleja que intentaremos responder a continuación.

Aunque en la actualidad los pianos suelen tener tres pedales, esto no siempre fue así. A principios del siglo XX tan sólo tenían dos de ellos, y remontándonos más atrás aún nos encontramos con distintas combinaciones más extrañas. Beethoven, por ejemplo, tuvo un piano con 4 pedales.

Para poder entender bien el funcionamiento de los pedales de un piano, quizá lo más lógico sería comenzar explicando un poco cómo es el funcionamiento del propio piano en sí. Como no quiero extenderme demasiado vamos a ver muy brevemente la base de su funcionamiento.

El piano es un instrumento de cuerda y su estructura consiste en muchas cuerdas de distinta longitud y grosor que producirán una nota diferente al ser golpeadas por un martillo. Este martillo es accionado por un mecanismo al pulsar cada una de las teclas del piano. Aunque hay un martillo por cada una de las teclas (y por cada nota) no hay una única cuerda ni el mismo número de cuerdas por cada nota. Esto es debido a que cada cuerda no posee el mismo “poder sonoro”. Las cuerdas de las notas más graves son más gruesas y largas y suenan con mucha más potencia que las más agudas. Por ello las notas más graves disponen de una única cuerda, otro pequeño grupo más hacia la derecha (más agudas) tienen dos cuerdas y el resto del piano (aún más a la derecha y, por tanto, aún más agudas) tiene tres cuerdas por cada una de las notas. Además de todo esto existe también un elemento llamado “apagador” que reposa sobre cada cuerda. Este apagador se levanta al pulsar su correspondiente tecla para que la cuerda pueda vibrar libremente y se vuelve a bajar al soltar la tecla, apagando de nuevo su sonido. Esto es así para evitar que las cuerdas vibren más tiempo del que mantenemos pulsada la tecla, mezclando unos sonidos con otros y enmascarando toda la melodía. Se podrían explicar muchas más cosas, pero para comprender su funcionamiento y el porqué de cada pedal yo creo que así nos vale.

Mecanica de la tecla de un piano

Pero centrémonos de nuevo en los tres pedales actuales. Generalmente el pedal izquierdo y el derecho realizan la misma función tanto en pianos de cola como en los de pared (aunque no funcionan de la misma manera), no siendo así en el caso del pedal central. Comencemos con el pedal derecho que es el más común de los tres.

El pedal derecho es conocido como pedal de resonancia (en inglés “sustain”,  “damper” o “loud”) y su función es mantener libres las cuerdas del piano para que su sonido “resuene” durante más tiempo. Básicamente consiste en eliminar el apagador. Durante el tiempo que pulsamos este pedal mantenemos levantados todos los apagadores del piano, permitiendo que las notas permanezcan sonando durante más tiempo, mezclándose entre sí y permitiendo enriquecer mucho el resultado final. Da un efecto de suavidad a la música, ligando unos sonidos con otros.

Además de esto, se produce un efecto denominado “vibraciones simpáticas” que podría suponer por sí mismo un artículo. Es física de ondas, cada cuerpo tiene una “frecuencia natural” a la que vibra al ser golpeado o excitado. Las cuerdas al vibrar no sólo vibran a su determinada frecuencia (la nota que representa, la frecuencia natural de esa cuerda) sino que además producen armónicos, que son componentes de menor amplitud y frecuencia múltiplos de la natural. Serán estos armónicos los que inducirán las vibraciones simpáticas en sus mismas notas (Do en Do, Re en Re…) pero en diferentes octavas, aunque eso sí, únicamente cuando el pedal de resonancia esté pulsado y, por tanto, las cuerdas vibren libremente.

Este es el pedal más usado del piano, mucho más utilizado que cualquiera de los otros. Como veis implica un gran cambio en el sonido y, por ello, puede ser muy complejo su uso. No en vano mucha gente dice que el aprendizaje del uso de este pedal es la mitad del aprendizaje del piano en sí.

El pedal izquierdo es conocido como una corda, unicordio o celeste (en inglés “soft” o “pianissimo”). Su función consiste en atenuar el sonido de todas las notas y su funcionamiento físico es distinto en los pianos de cola y de pared. Para conseguir este efecto en los pianos de cola el mecanismo conectado a este pedal mueve todo el conjunto de martillos un poco hacia la derecha, de manera que estos golpeen únicamente dos (o una, según su calibración) de las cuerdas asociadas a cada nota. De hecho, en realidad mueve todo el conjunto del teclado y si os fijáis (en uno acústico, claro, no vale uno digital) veréis como todas las teclas se mueven un poquito hacia la derecha.

En los pianos de pared, ya que su construcción es diferente debido al espacio disponible, no se desplazan los martillos hacia la derecha, sino que se acercan un poco más hacia las cuerdas. De esta forma, al pulsar las teclas adquieren menos impulso y golpean las cuerdas con menor fuerza.

Pero su resultado no es tan simple como una reducción del sonido, sino que además, se produce una pequeña variación en el timbre de cada nota. Esto se produce por dos razones: por una parte el martillo (que en la actualidad suele estar fabricado en fieltro) golpea las cuerdas en una zona menos utilizada (por el desplazamiento) y, por tanto, menos desgastada; y por otra, la tercera cuerda, la que no se golpea, vibrará también por vibraciones simpáticas.

El conjunto de estos cambios genera un efecto deseable según la emoción que se desee transmitir con la pieza musical.

Piano de cola (Grand Piano)

Por último llegamos al pedal central, o pedal tonal o sordina, según el caso. Si se trata de un piano vertical el pedal central suele ser el pedal de sordina, que suele funcionar interponiendo una tela (generalmente fieltro) entre los macillos y las cuerdas, de manera que atenúa bastante el sonido. Así podemos practicar molestando menos a los vecinos.

Si se trata de un piano de cola el pedal central también puede ser de sordina, pero desde hace tiempo se reemplaza por el pedal tonal o sostenuto, que es un pedal mucho más complejo que liberará los apagadores únicamente de las notas que se estén pulsando al pisar el pedal. Estas notas, y sólo estas notas, se mantendrán sostenidas (de la misma forma que lo haría el pedal de resonancia) durante el tiempo que mantengamos pulsado el pedal tonal. Este pedal es relativamente moderno, pues no fue introducido hasta 1874 por Steinway y es muy útil para la prolongación de algunos sonidos a través de piezas armónicamente complejas donde el pedal derecho generaría demasiada confusión.

Como veis los pedales del piano son mucho más complejos de los que pueden parecernos a simple vista y modifican tanto el sonido que son indispensables para cualquier pianista.

Ya para acabar os dejo un video mío tocando la conocida canción Mad World, originalmente compuesta por Tears for Fears, versionada posteriormente por Gary Jules y utilizada como banda sonora del juego Gears of War, la película Donnie Darko e incluso de algún episodio de CSI Nueva York.

Espero que sea de vuestro agrado y, si os gusta, os invito a pasaros por mi canal de YouTube, al que podéis suscribiros si os apetece. Cualquier comentario constructivo será bienvenido.

¡Hasta la próxima!

4 Comments

  • straysayu dice:

    Muy interesante el artículo. Ya me habian explicado una vez la función de los pedales del piano, pero fue muy por encima y solo me quedé con el derecho. Ahora sólo me falta escucharte tocar esa maravillosa canción que es ‘Mad World’ cuando llegue

  • Sheldon dice:

    Hola straysayu!

    Muchas gracias, jeje… Pues sí, el derecho es el más fácil de recordar. Es el menos raro, y el que se utiliza el 80% de las veces. Lo de tocar… ya sabes que tiene fácil solución ;P, aunque los nervios traicionan, que una actuación en público siempre es una actuación en público. Y eso que la cámara también impone eh? Lo bueno es que no me pide que le devuelva el dinero si tengo que repetir la toma…

    Un saludo!

  • mtxu dice:

    tu que controlas tanto todo el tema de las teclas, yo he decidido vovler a intentar tocar el piano veinte años despues ( de hecho es un zimmermann con DOS pedales, je), me lo afinaron, pero cuando toco algunas teclas se quedan enganchadas y no suenan (desesperante), no vuelve el martillito al sitio…….alguna idea de como puedo solucinarlo?

  • Sheldon dice:

    mtxu,

    siento no poder ser de gran ayuda, pero desconozco cuál puede ser el problema. Imagino que será algún problema en el mecanismo de acción del martillo, pero sin duda alguna lo mejor es que te lo mire un experto que no sólo te dirá cuál es la solución, sino hasta qué punto merece la pena. Espero que puedas solucionarlo sin muchos problemas y que puedas volver a disfrutar de este maravilloso instrumento. No dejes de volver por aquí y coméntanos tu evolución!

    Un saludo.

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